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23,75 €Nunca antes traducido a nuestra lengua, Charles-Joseph de Ligne (1735-1814) es una figura señera de las letras en francés de la segunda mitad del siglo XVIII. Belga de nacimiento, europeo de la Europa de su tiempo, cosmopolita a ultranza, francés en literatura, cortesano y militar, su persona encarnó lo mejor de la vida del Antiguo Régimen: la galanterÃa, la gloria, la alegrÃa, el placer, el sentido del buen gusto. Amable e inasequible, mundano y solitario, Ligne, que aspiró a ser un nuevo AlcibÃades, el AlcibÃades de su tiempo, un militar arrojado y un ser encantador, que tuvo mil mujeres y acaso un solo amor, modesto gran señor tras la Revolución y afamada reliquia en los dÃas del Congreso de Viena, sólo perdura por su literatura: sus aforismos le convierten en uno de los principales moralistas del XVIII; sus memorias en uno de los mejores memorialistas; sus retratos en acaso el mejor retratista; sus cartas a la marquesa de Coigny, más cercanas a la creación de género que al documento, en un buen epistológrafo. Y todo ello en un escritor singular, dueño de un encanto y una voz que se imponen a primera lectura. Se le podrÃa aplicar el dicho clásico: al leerlo, uno esperaba encontrarse con un autor, y lo que surge es un hombre. Pero además de hablarnos de sà mismo, sin duda su mejor tema, Ligne nos habla de sus recuerdos de Casanova, de Voltaire, de Rousseau, de Catalina II de Rusia, de Goethe y Napoleón, de Chateaubriand y madame de StaÃl.